Comunicación

Periodismo de supervivencia

El tornado de la crisis sigue llevándose por delante a los medios de comunicación y arrasando, ya no solo los periódicos locales o publicaciones minoritarias, también productos de grandes grupos editoriales que resisten como pueden y rezan porque el vendaval pase rápido. Hace apenas una semana, el Grupo Prisa (editor de ‘El País´) confirmaba el adiós definitivo de su suplemento ‘On Madrid’, dedicado al ocio y la cultura, objetos de lujo para muchos hoy en día. A ello se suma la decisión de Unidad Editorial (editora de ‘El Mundo’) de cerrar el suplemento dominical ‘Magazine’ por la bajada de ingresos publicitarios. Sendas noticias confirman los peores temores: el crecimiento económico, al menos en este sector, queda lejos.

No les va mejor a los medios locales. Aquellos periódicos o revistas que crecieron a la sombra de alguna constructora han explotado tras la burbuja inmobiliaria; los grandes grupos también han optado por cerrar cabeceras y delegaciones en pueblos y capitales de provincia donde muy pocas publicaciones consiguen mantenerse a flote sin subvenciones públicas.

Y en medio de este huracán, los periodistas que aún conservan sus empleos lo hacen agarrados a un clavo ardiendo. El 72% cree que su puesto de trabajo está en peligro, de ahí que muchos acepten bajadas de sueldo, retirada de pagas extraordinarias o impagos al tiempo que sobreviven en redacciones medio vacías asumiendo el trabajo propio más el de aquellos a los que han despedido. Así, los redactores de medios locales se han convertido (si no lo fueron siempre) en hombres orquesta que hacen el trabajo técnico, informático e incluso de fotografía.  Iba a decir que por el mismo precio, perdón, por bastante menos.

Solos, abandonados y abocados a un periodismo de supervivencia, los profesionales de la comunicación ya no tienen tiempo para reportajes propios, temas de investigación, ni tan siquiera cubrir un par de ruedas de prensa, algo que aprovechan las instituciones para eludir ciertas comparecencias provocando que a los ciudadanos nos llegue menos información. Los gabinetes de ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas e incluso el Gobierno central emiten una simple nota de prensa, conscientes de que su información se publicará tal cual y de forma inmediata, sin preguntas del periodista que conoce el tema, sin exponer públicamente al político de turno y, en muchos casos, sin que la información se comprenda y se contraste antes de ser lanzada a Twitter.

Ante este desolador panorama, perdemos todos. Porque es grave que el presidente del Gobierno no compareciera para explicar la postura de España en un asunto tan importante como Siria, aunque lo hubiera hecho en pantalla de plasma. Es triste que Ana Botella tardara cinco días en analizar el batacazo olímpico de Madrid 2020. El penoso que muchos alcaldes no concedan entrevistas ni expliquen, al menos semanalmente, qué se está haciendo en sus pueblos o ciudades. El periodismo de supervivencia conviene a quienes ostentan el poder y es el mejor aliado de aquellos que intentan esconder algo. Corremos el riesgo de que esta forma de hacer las cosas se convierta en algo habitual.

Leibovitz, fotografías para la eternidad

¿Cómo era la moto de Elvis? ¿Y el diván de Sigmun Freud? ¿Se han imaginado alguna vez lo que escondía Abraham Lincoln en su chistera? Pequeños objetos, grandes personajes y un objetivo para retratarlos: el de la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Nacida en un pueblo de Connecticut, nieta de judíos del Este emigrados a Estados Unidos, Leibovitz es, según el jurado, “una de las dinamizadoras del fotoperiodismo mundial”.

Las espectaculares instantáneas y los retratos de Leibovitz no caben en este post, ni siquiera en una exposición o en alguno de sus libros pero es un deleite disfrutar de algunos de sus trabajos más impactantes, como la eterna fotografía que le hizo a John Lennon desnudo junto a Yoko Ono unas horas antes de que muriera asesinado aquel fatídico 8 de diciembre de 1980. Fue uno de los primeros trabajos de Leibovitz para la revista Rolling Stone, que convirtió esta imagen en una portada histórica.



Foto: Annie Leibovitz para Rolling Stone

“Me conformo con hacer cinco buenas fotos al año”, dice Leibovitz. No es de extrañar si tenemos en cuenta que la fotógrafa consiguió que Demi Moore posara desnuda durante su embarazo, en 1990, convirtiendo aquella imagen portada de Vanity Fair en todo un icono que ha sido imitado por cientos de mujeres. Otro de sus trabajos destacados lo llevó a cabo metiendo a la actriz Woopy Goldberg en una bañera llena de espuma dejando al aire sus extremidades.



Foto Annie Leibovitz para Vanity Fair



Foto Annie Leibovitz

Siempre sutil y elegante detrás del objetivo, aunque no exenta de polémica. Una de las anécdotas más conocidas tuvo lugar en 2007 durante su sesión con la reina Isabel II, a la que pidió que se quitara la corona para posar más informal. La reina madre se negó, quizá, temiendo que después le pidiera que se quitara algo más.



Foto Annie Leibovitz. Fuente: contact pres

Han dicho de ella que es “la fotógrafa más influyente de nuestro tiempo” e incluso la han bautizado como “leyenda viva” en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Su fotografía para el ‘Born in the USA’ de Springsteen, el disco más vendido en EE.UU en 1985, se erigió como una de las portadas más clásicas de la historia del rock. Otros mitos como Michael Jackson o Bob Dylan también posaron para Annie Leibovitz.



Foto Annie Leibovitz. www.brucespringsteen.net

A sus 63 años, Leibovitz continúa demostrando por qué es la fotógrafa mejor pagada del mundo en campañas como la que diseñó para Louis Vuitton y en la que el propio Míjail Gorbachov eligió como escenario de fondo los restos del muro de Berlín.



Foto Annie Leibovitz.

No hay celebridad que no haya posado para ella. Muestra de ello es esta portada de Vanity Fair con diez musas de Hollywood como Nicole Kidman, Catherine Deneuve, Meryl Streep, Gwyneth Paltrow, cate Blanchet, Kate Winslet, Vanessa Redgrave, Chloe Sevigny, Sofía Loren y Penélope Cruz.



Foto Annie Leibovitz para Vanity Fair

Uno de los últimos trabajos destacados de Leibovitz fue la campaña Waly Disney world´s year of a million dream, en la que diversas personalidades dieron vida a personajes de la factoría Disney. Vemos aquí a la modelo rusa Natalia Vodianova encarnando a Alicia en el país de las maravillas.



Foto Annie Leibovitz para Disney

Queda patente la aportación relevante a la cultura universal de Leibovitz, que se convierte en la segunda mujer tras María Zambrano en conseguir el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y se une a una lista de personalidades e instituciones de los más diversa en la que encontramos a Google o al japonés Shigeru Miyamoto, creador de sagas de videojuegos como Mario Bross o Donkey Kong.

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