Hay
quien piensa que Javier Rodríguez ha hecho el ridículo al presentar un acuerdo
de Gobierno con UPyD y verse desautorizado por Tomás Gómez para firmarlo apenas
24 horas después. A mi no me lo parece. Con este movimiento, Rodríguez ha dejado
claro que está dispuesto a luchar por el futuro de Alcalá de Henares desde la alcaldía, y
eso es bien distinto a que quiera ser alcalde a cualquier precio. Él tenía una
oportunidad real de gobernar y debía demostrar a sus votantes que estaba
dispuesto a desempeñar la función para la que le eligieron en las urnas hace
dos años, aunque el escenario no fuera el ideal.
Es
obvio que al líder socialista se le quedaría pequeño el bastón de mando de la
ciudad para poner de acuerdo a los concejales de UPyD e IU, tan acostumbrados a
tirarse los trastos a la cabeza pública y notoriamente; pero el mismo problema
afronta a estas alturas Javier Bello, un primer edil que no puede confiar en
casi nadie a su alrededor, ni en el Partido Popular ni en su dividido equipo de
Gobierno.
Dos
nombres más en este absurdo: el de Eusebio González, uno de los más interesados
en torpedear la posible moción de censura; y el de Pilar Fernández, que se ha
mantenido al margen, esperando a que la moción cayera por su propio peso sin tener
que despeinarse. No es casual que la líder de IU retuiteara al diputado
socialista cuando decía “no lo hagas si no conviene. No lo digas si no es
verdad” y que diera pábulo al editorial infumable de un periódico local que
deja muy patente el miedo a que Bello abandone la alcaldía y con ello se ponga
fin a la vergonzosa subvención que pagamos todos a una empresa que, por cierto,
no paga a sus trabajadores.
He ahí
la clave. La moción de censura no les interesa a todos ellos, ni a IU que es
consciente de que gobernar es un marrón y prefiere esperar a 2015 para ganar
votos ni al PSM que debe aclarar si apoya a Javier Rodríguez ahora y en un
futuro electoral cada vez más cercano. Ahora bien, todos tendrán que explicar a
sus votantes las incongruencias manifiestas los últimos días. Dijeron que no
permitirían que siguiera gobernando el PP si de ellos dependía. Ahora, no les conviene la moción de censura.
Aún
quedan dos años para las elecciones. Unos y otros, Gobierno y oposición, miren
por el bien de los ciudadanos que les dieron su confianza. No vale el statu quo
ni ponerse de perfil para que la legislatura pase sin pena ni gloria. Dejen de
pensar en sus intereses y actúen en base a los de la ciudad. Hay mucho más que
talar en Alcalá de Henares que los viejos árboles del parque O´Donell.
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