martes, 7 de mayo de 2013

Son… Cinco o seis millones


Lo decía mi abuelo en sus largas partidas de mus “de uno a dos…” y veía en envite. Esa coletilla es la que ha aplicado el ministro De Guindos “total, de cinco a seis…”  y no solo ha escogido la cifra menos mala sino que además se ha tomado la libertad de calificarla como “un buen dato”.

Así, cual ilusionista, el señor ministro ha hecho desaparecer a 1.200.000 desempleados que, pese a no estar registrados en las oficinas del SEPE (antiguo INEM), constan en la Encuesta de Población Activa, referente oficial para Eurostat. De Guindos ha eliminado de un plumazo, por ejemplo, a los miles de parados de larga duración que han dejado de estar registrados porque no cobran prestación. Además a De Guindos le parece que estamos ante un “cambio de giro” pese a que son casi dos millones los hogares españoles en los que no entra ningún ingreso. De los brotes verdes hemos pasado al cambio de giro que el Gobierno vaticina para 2014 (dijeron que sería en 2013 cuando empezaría a crecer nuestra economía pero el paro ha crecido un 5 por ciento en el último año).

Y en plena vorágine de datos, aparece Rubalcaba con el modelo alemán bajo el brazo, una antigua fórmula que consiste en que las empresas con pérdidas paguen la mitad del sueldo del trabajador y la otra corra a cargo del Estado hasta 2015. Eso sí, siempre que el empleado acepte la reducción de jornada. Con matices, una especie de mini job en una estructura empresarial que dista mucho de la germana. 

Hay datos muy interesantes detrás del llamado “milagro alemán” que permite que la tasa de desempleo se mantenga en el 6´9 por ciento. Casi siete millones de alemanes viven gracias a un mini job que supone su único empleo y su principal fuente de ingresos. Es decir, uno de cada cinco trabajos en Alemania son empleos de 4 o 5 horas y remunerados con entre 400 y 500 euros. Cómo sobreviven los mini trabajadores con los mini sueldos es problema de cada cual.


No sé si estamos ante una emergencia nacional como dicen los sindicatos, después de esa gran cumbre en la que hemos vuelto a escucharles decir que su principal objetivo es combatir el paro (aún no han debido encontrar la fórmula para hacerlo, y mira que se llevan dinero público para intentarlo) pero siempre nos quedará la “movilidad exterior” de la que tan bien habla el Gobierno o los puestos de camareros en los chiringuitos de playa. Porque la afiliación a la Seguridad Social ha subido en 51.077 personas gracias a bares, restaurantes y hoteles que han comenzado a contratar de cara a las vacaciones de verano.

En definitiva, mi abuelo iba a menudo de farol y decía que “el buen jugados de mus no juega solo cuando lleva buenas cartas”. Aplicado a la política, el buen gobernante es capaz de gobernar cuando no hay dinero y es capaz de asumir que no son cinco sino más de seis millones de parados con nombre propio.

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