Un buen currículum

¿Para qué sirve hacer un buen currículum? Peor aún, ¿de qué sirve tener un buen currículum? De poco o nada. Lo comprobé el otro día, tras visitar una empresa en la que ni siquiera tuvieron la amabilidad de escucharme y recoger el par de folios en los que resumo mi formación y experiencia profesional. “Mira, acabamos de despedir gente y ni siquiera van a leerlo. Ahórrate el papel”, me dijo la chica con cara de pena. En realidad, no le faltaba razón a la rubia porque la crisis no ha llegado al mundo de las fotocopias a color.

Sin más, volví a guardar el currículum en la carpetita y encendí la radio de camino a mi siguiente destino. Cual fue mi sorpresa al escuchar la historia de otro periodista en paro, Enzo Vizcaíno, que decidió cantar su currículum en el Metro de Barcelona. Ukelele en mano, pidió a un colega que le grabara y subió el vídeo a Youtube. Miles de reproducciones en un día. Entrevistas en medios de comunicación nacionales, entrevistadores hipócritas aprovechándose de la historia del chaval para personalizar el problema del paro en nuestro país cuando sus propias empresas presentan un nuevo ERE cada tres meses o simplemente no tenían tiempo para ver el currículum de nadie.

En ese momento comprendí que, en esta "Civilización del espectáculo" que describía Vargas Llosa, no es tan importante tener un buen currículum sino conseguir que lo vean. En el mundo de la inmediatez, hay que disponerlo todo a modo de clic, así que, ahí va:  

¿Original? He de decir que el currículum oficial es más interesante pero no, no hay tiempo para leerlo. Así nos va. En la calle nos quejamos de la fuga de talentos en nuestro país  y ponemos el grito en el cielo porque el mejor físico europeo joven se haya quedado sin beca para trabajar en España; mientras, los directivos se dan cabezazos contra la pared al saber que una científica despedida en un ERE en Valencia ha participado en la clonación de células madre embrionarias de personas. Quizá ese físico y la científica fueron, algún día, de puerta en puerta dejando currículums que nadie quiso leer.