Una merienda de negros

Según la RAE una merienda de negros es una situación de “confusión y desorden en la que nadie se entiende”. La expresión define fielmente el esperpento vivido en las últimas semanas en Alcalá, una locura grotesca que cientos de ciudadanos ajenos al politiqueo local contemplan atónitos sin llegar a comprender.

El principal argumento de los detractores de la moción de censura contra el PP advierten de la pérdida de estabilidad si el PSOE osara a gobernar esta ciudad con 9 concejales, sin Izquierda Unida y con el apoyo explícito de dos ediles de UPyD que han cambiado de bando a mitad de la partida. A juzgar por la estabilidad obtenida hasta la fecha con el gobierno en minoría de los populares, la tesis pierde bastante peso.

Repasemos hemeroteca: PSOE, UPyD e IU obligaron al PP complutense a rebelarse en nombre del Ayuntamiento contra el euro por receta de Iganacio González, el cierre del colegio Zulema y el segundo ciclo de la Escuela Infantil Carrusel orquestado por la Comunidad de Madrid. Más aún: la oposición obligó al Gobierno a retirar la flamante tasa de basuras de las ordenanzas municipales e incluso decidió que el personal de Promoción Alcalá no se incorporara a la plantilla municipal, lo que provocó un auténtico cisma en el equipo de Gobierno.

¿Es esa la estabilidad a la que se refieren? Me temo que lo que algunos temen perder es la estabilidad que les interesa o beneficia: los sindicatos, el dinero de un Pacto Local cuyos frutos aún estamos pendientes de conocer y que UPyD obligaría a fulminar; Izquierda Unida, el statu quo actual a la espera del fracaso electoral de los dos grandes partidos en 2015, tal y como ha avanzado el CIS; y, por último, los amiguetes que viven de las subvenciones públicas (aunque algunos ya han demostrado que no tienen problema en cambiar de chaqueta si el que gobierna está dispuesto a mantener su chiringuito).

Ya sorprendió la abstención de IU para que los populares sacaran adelante el presupuesto municipal que contempla decenas de medidas que se quedarán en el cajón donde se perdió, ente otros, el fondo para familias afectadas por la crisis. Ahora chirría que sean precisamente el partido de la izquierda y los sindicatos los que quieran mantener al PP en la alcaldía.

Pese a todo, la moción de censura parece abocada al fracaso. Aunque la militancia socialista de Alcalá autorice el jaque a Bello este domingo, es muy posible que la moción que quitaría al PP uno de sus feudos en Madrid muera por el camino. Las consecuencias de todo este proceso pueden pasar factura a más de uno, y si no, pregunten a las voces críticas de IU qué les parece que se perdone un jaque mate a la derecha. Pero el tiempo pondrá a cada uno en su sitio.

Pase lo que pase, nos quedará un Javier frente a otro, a cual más solo. Bello con lío interno en el Gobierno y en el PP; Rodríguez sin apoyos como el de la UGT, las Juventudes Socialistas y tres de sus ediles. Ambos dos, hágannos un favor, reúnanse en torno al tamtan, pongan fin a este baile de locos, fúmense la pipa de la paz y apuesten por un pacto de ciudad en el que sean pilares fundamentales la búsqueda de inversiones que traigan empleo; escuchar a los ciudadanos y dotarles de más participación; y apostar  más fuerte por el trabajo conjunto con instituciones como la Universidad de Alcalá. Crean en esta ciudad, manténgase unidos para seguir apoyando a trabajadores como hicieron con los de Roca y luchen por el bien común, por la apertura de la tercera ciudad deportiva, por el Real Patronato, la Plataforma del Español o lo que quiera que saque a Alcalá del atolladero. Demuestren que les importan los ciudadanos, cada vez más desencantados con la clase política, y a la espera de que sus mayores hagan lo propio en el Congreso.